ARGENTINA TIENE HEROES
Sí hemos de hacerle caso a Hesíodo, los tiempos áureos
han cesado, y tras sucesivas degradaciones, nos encontramos en la oprobiosa
edad de hierro. En ella todo es lejanía de la divinidad, negación del modelo y
apartamiento de la virtud. Pero en ella también (Vaya esperanza que nos regala
el griego con su metáfora) hay un “puñado de hombres llamándose HEROES” porque
de hierro están hecho, no se conforman con la pérdida del bien inaugural, y están
dispuestos a rescatarlos aún a costa de sus vidas. El camino heroico es el de
la recuperación de la grandeza, aunque
los pasos que lo tracen dejen tras de sí las huellas de la propia sangre. Es,
ineluctablemente, el camino de la batalla dura e irrenunciable. La que no
ofrece más alternativa que VENCER ó MORIR.
Mucho se escribe sobre la guerra del Atlántico Sur;
Innumerables líneas se habla sobre lo ocurrido, sus causas y consecuencias y también
de las razones de su derrota.
Se dijo entonces que nunca estuvimos en condiciones de
enfrentar a la poderosa flota británica, que era en ese momento la mejor que
hubiera en el mundo y que eso hacia de la gesta, una locura irresponsable. Se
hablo de improvisación, negligencia y de muchos otros calificativos negativos
mas. No hubo error no indicado, misil o fusil comparado, plan táctico o estratégico
no criticado por los que sabían y por los que no tenían ni tienen la más mínima
idea de las batallas. Siempre pretendiendo señalar las causas, afirmando que
fueron dichas con antelación y que nadie quiso escuchar porque hicieron oídos
sordos por la propaganda que había del gobierno militar. En un concurso de
mezquindades se auguro lo que ya había pasado, se adelanto a lo que ya, a esa
altura, sabíamos y se condeno lo acontecido por locamente heroico.
Por eso, las mismas personas que en los gloriosos días de
Abril de 1982, apoyaron la empresa, luego, la condenaron. Ni siquiera importo
que hasta nuestros enemigos usurpadores reconocieran que, en distintas
ocasiones, tuvo la Argentina oportunidad de triunfar.
Sin embargo creo que no todo se dijo. Porque todo lo
narrado pudo ser verdad, aún cuando lo digieran los de siempre. Es cierto,
podríamos agregar otras razones más a la larga lista de opinadotes de la época
y posteriores. Pero hay algo que poco se repitió y casi nada se invoco.
(Tcnel. D. Mohamed Alí Seineldin
en formación de su regimiento en Ganso Verde)
Y fue la falta de decisión. La conducción de la guerra cometió
muchos horrores en nuestro enfrentamiento con Gran Bretaña por las Islas Malvinas.
Pero el peor de todos ellos fue el menos señalado, el más silenciado, el
ignorado a sabiendas o el ocultado para no caer antipático defendiendo la
contienda por nuestra tierra.
La ausencia de determinación de llevar todo hasta las últimas
consecuencias fue el factor determinante de la derrota. Súmense todas aquellas
causas que pudieron indicarse, cualquiera que lo hubiera hecho. Pero el común
denominador fue siempre la privación de la voluntad definitiva de vencer o
morir en el intento.
Por eso se recupero el archipiélago para negociar; luego
se trato de evitar lo inevitable pelea en medio de bravatas, más tarde se
utilizo el equipamiento militar a medias que existía en el continente, con el
pretexto de un ataque chileno o de futuros e ilusorios contraataques,
posteriormente, no se empeño a la ayuda ofrecida mil veces por Hispanoamérica
para abandonar la soledad del esfuerzo y darle a Malvinas el lugar de
preeminencia que ocupa en la historia de nuestro continente. Finalmente, ya en
medio de los tiros y explosiones, se transformo en resistencia en un permanente
conteo de hombres y municiones para ver si se estaba en condiciones
reglamentarias de rendirse, sin importar nada más que la salvación de vidas
humanas. No decimos que esto ultimo sea malo, pero convengamos en que eso
NO debería haber sido el objetivo de los
hombres de armas que, se habían preparado toda su vida para la guerra. También
en ese lado hubo debilidades y flaquezas.
Claro esta, lo dicho debe aplicarse a quienes condujeron
estratégicamente la guerra (generalato: Menéndez, Jofre, García, etc.…) y no a
los jefes medios y subalternos.
Porque así como hubo Generales y Coroneles cobardes, que
no afrontaron sus responsabilidades, emergieron detrás de ellos (adelante de
las líneas de combate) los Héroes.
Ellos sí que no especularon. No pidieron nada a cambio.
No midieron, ni esperaron, ni dudaron. Cuando les llegó el momento se
entregaron completos y dibujaron proezas como en otros tiempos, otros
argentinos que habían hecho. Por eso los pilotos de la aviación argentina,
asombraron al mundo, la Marina
conmovió al mundo con el hundimiento del Belgrano y con el heroísmo de sus
Infantes de Marina, siendo uno de ello la primer baja de la guerra, el Capitán
IM CDO Pedro Giachino, y el Ejército brindo sus mejores hijos para que jamás
volvieran.
(Fuerzas especiales de Gendarmería Nacional –Escuadrón Alacrán- en
Malvinas)
El cielo fue poblado por los Tenientes y Capitanes que
provocaron el temor y el respeto de la “Task Force”; el fondo del mar sembrado
por Oficiales, Suboficiales y Marinos (Soldados conscriptos) y entre la turba y
la niebla, emergieron los Giachino, los Estévez, los Silva, los Baldini, los
Martella, los Cisneros, los Austin, los Allende y tantos otros, sin distinción de
clases sociales, grados , todos argentinos oficiales, suboficiales y soldados,
todos con distintos rostros y apellidos, provenientes de distintos confines de la Patria , con los corazones
en sus manos y almas agrandadas por el valor; pero hermanados, sin excepciones,
por el amor ilimitado por la
Patria.
Ninguno volvió, porque así lo decidieron. Pagándole mayor
precio que puede abonar un hombre. Sin pensar en la derrota ni en las
desventajas. Ignorando el frío, los bombardeos y los ataques desbastadores de
los invasores. Dejando esposas, hijos, novias, hermanos, padres, amigos.
Abandonando todo para llevar adelante la voluntad inquebrantable de lograr la
victoria. Sin debilidades ni titubeos. Fueron y allá quedaron para siempre. Por
eso en las islas, hay un solo lugar que no fue usurpado nuevamente por el
invasor ingles, ese es el cementerio de Darwin en donde descansan los restos de
los hombres que amaron sin medida. Ellos sí reposan en paz, porque dieron todo
sin pedir prebendas ni premios. Tampoco ascensos u honores. Marcharon a la
guerra, combatieron y murieron, regando la turba malvinense para que florezcan
árboles de bizarría, con flores de arrojo, enraizados por el esfuerzo.
Para ellos es este trabajo, porque son la prueba que la Argentina podía hacer lo
que hizo y más todavía, si sus conductores lo hubieran querido. Ellos, arma en
brazo, haciendo de cada combate el último, dieron vuelta la historia.
Agrandaron el mapa de la tierra heredada, ampliaron el olimpo de los Magnánimos
que junto a Dios se encuentran, alabaron al cielo con cada acto, con cada gota
de sangre derramada, con cada viaje de un alma hacia lo alto. Así es que frente
el testimonio irreversible de lo que hicieron, todas las palabras desaparecen,
confirmando aquello de Tucídides en la oración a los muertos en la guerra del Peloponeso:
“Nada hay que demuestre mejor el coraje de un hombre que su muerte en combate”.
En otros tiempos ellos hubieran esperado la resurrección
de las legiones. Ahora solamente anhelan (de rodillas ante Nuestro Señor y en
su contemplación) que los hombres nobles reaccionen. Y los sigan. Hasta el
Final, cualquiera que éste sea.
Comandos Anfibios de la Armada Argentina el 2 de Abril,
luego de tomar el cuartel de los Royal Marines Británicos (Infantes de Marina Británicos) y en formación para rendir homenaje al
pabellón nacional, mientras tanto su jefe el Capitán Giachino Fallecía en un
vehiculo rumbo al hospital, por las heridas recibidas por los británicos en la
casa del gobernador.
Dibujo que representa a un avión
SKYHAWK A4 C, del 4GPO de Caza y Ataque de La Fuerza Aérea Argentina, este
grupo dio un gran golpe a la
Flota Británica.
Y ESTO ES LO QUE SON NO CHICOS
DE LA GUERRA ,
SINO SON LA RAZA DE
HEROES
QUE DIERON TODO POR NOSOTROS
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